He estado despotricando mucho sobre Twitter sobre cómo muchos críticos de cine populares suenan como vendedores. Los ejemplos más atroces y ubicuos de este tipo de publicidad dominada por adverbios pueden descubrirse simplemente escogiendo al azar una "crítica" de The Force Awakens, una película para adolescentes que está siendo recibida con tal saciada gratitud que uno pensaría que los 50 estados acaban de ratificar la ERA, o que el Tribunal Supremo ha revocado Citizen's United. Pero no, bromeo. A nadie le importa esa mierda. Pero la política de Star Wars está en boca de todos y en el corazón de todos.
Es en los grandes momentos culturales como éste cuando más me siento como un extraterrestre.
No sé lo que Richard Brody piensa sobre The Force Awakens, o sobre Citizen's United en realidad, y no me importa, pero tiene algunas cosas que decir sobre la economía y la política del cine que merece la pena señalar. En balance del añodeja caer casualmente un par de declaraciones asombrosas. He aquí la primera:
No hay valor estético en la procedencia o el presupuesto de una película, pero a medida que Hollywood aumentaba su dependencia de las películas de franquicia sobregestionadas [sic], el cine independiente con presupuestos bajos y ultrabajos se convirtió en uno de los dos principales motores del avance artístico en el mundo del cine durante la pasada década.
¿Así que el hecho de que el cine y los cineastas independientes hayan hecho avanzar el cine, presumiblemente desde el punto de vista estético, no tiene nada que ver con la procedencia o los presupuestos, salvo que lo hacen? Si hay alguna otra razón para que esto sea así, Brody no la explica.
Pero la proclama realmente extraña es ésta:
Hay cosas que las películas de Hollywood pueden hacer que las independientes normalmente no pueden... sobre todo abordar el poder a su propio nivel, desde arriba.
Es una forma no muy sutil de decir que sólo los ricos saben lo que pasa realmente en el mundo. No cita ningún ejemplo de películas que lo demuestren, y dudo que pudiera hacerlo. Pero apesta a la misma autocomplacencia que Hollywood y su círculo anual, los Oscar, ni siquiera fingen no permitirse. Lo que realmente intenta es justificar sus elecciones en la lista que hace, sin tener que admitir sus propios prejuicios. Así que lo que dice aquí es una de las cosas más tontas y poco sinceras que he leído nunca de un crítico inteligente.
Continúa:
Esto no significa que sólo Hollywood pueda o deba hacer películas políticas, sino que trabajar en Hollywood es (tomando prestado una fórmula clásica) para hacer cine político.
Bueno, sí, por supuesto, pero la discusión sobre Godard en el enlace que ha proporcionado sigue insinuando exactamente qué tipo de política expresaría un cineasta de Hollywood. De hecho, argumenta contra El punto de Brody. Brody parece hablar de contenido, al menos al principio, y Godard hablaba de proceso.
No sé, estos párrafos introductorios estaban tan llenos de contradicciones y confusión que no me molesté en averiguar qué tenía que decir sobre las mejores películas del año. ¿Qué podría haber dicho que fuera más revelador?
Por último, ésta es la mejor manera de asimilar la lista de Brody... sin el comentario.
