Stellet Licht
Noche de Paz
Dirigida por Carlos Reygadas
2h 25min, México, 2007
Publicado originalmente en Buzón sin likes.
This is the first Carlos Reygadas film I’ve seen and to be glib from what I’d heard I guess I was expecting the Mexican Bela Tarr. Ciertamente, el poder sobre el encuadre generado por las actuaciones en primer plano de sus mujeres protagonistas me recordó a la dirección de Tarr de Tilda Swinton en El hombre de Londres. En este último caso, sin embargo, el dolly-back y la longitud de la toma generan al menos tanta fuerza como la de Swinton. Reygadas deja que los rostros de las dos mujeres que comparten un hombre, y la forma en que están iluminados por lo que parece luz natural, hagan la mayor parte del trabajo. Vi la pena, la angustia, la culpa y la digna belleza de esos sentimientos en sus expresiones y en cómo miraban a los demás fuera de cuadro y cómo mantenían sus cuerpos tan compuestos.
At least, that’s how I felt the first time I saw the film. On a second viewing, I also detected a tragicomic sense of timing in the shots but most forcefully in the performances of the men, which are more self-conscious and reflexive than the women’s. All the men seem on the verge of grinning, particularly the lead. There’s a scene in which Johan, a married Mennonite man who’s having an affair, stands next to his father outdoors. A few minutes prior, he’d confessed to falling in love with another woman. As they leave the barn, his father says, “Come, let’s see the snow,” in a mechanical way.
Mientras caminan fuera, la cámara pasa entre ellos y se aleja. Luego, comienza un tambaleante movimiento de cámara en mano de la campiña nevada y termina enfocando a la pareja de hombres, padre e hijo. No se miran el uno al otro y están claramente posados y esperando algo, como una señal. Como en muchos planos de esta película, hay una visible distorsión de barril. Reygadas utiliza un gran angular incluso cuando no es necesario, como en los planos largos, de modo que todas las líneas rectas naturales están curvadas. Como el horizonte, supongo. A mí me llamó mucho la atención. Un recordatorio subtextual de que... ¿la tierra no es plana? También es algo que no está de moda hoy en día, cuando todos los planos de las películas artísticas parecen un retablo con prominentes perpendiculares.
Los dos hombres permanecen de pie durante unos segundos; hay algo de charla. Johan le pide a su padre que no le cuente a su madre lo de la aventura. Papá dice que no se preocupe, que esto queda entre nosotros. Entonces ocurre algo gracioso. El actor que interpreta a papá se distrae momentáneamente con algo que está abajo y a la izquierda. Cuando vuelve a centrarse, mira hacia delante, mira brevemente a la cámara, guiña un ojo y sonríe un poco. Es realmente sorprendente. El personaje está diciendo: "Bien, estamos en una película, hijo; acabas de decírselo a todo el mundo". ¿O es sólo una metedura de pata que Reygadas decidió dejar en el aire? ¿Era demasiado caro hacer otra toma o Reygadas se vio limitado por algún compromiso no declarado con la forma? Parece imposible que haya pasado desapercibido. (¿Algún otro espectador lo notó?)
But I understood then why I’d been wanting to laugh all along, particularly my second time watching the film. There’s a persistent irreverence contrasting with the lack of overt humor in the proceedings or the characters. Everything the movie does formally destabilizes the inherent seriousness of the plot. It’s still affecting and beautiful ? the ol’ swimming hole scene, for instance, at the end of which the camera frames some pink blooms, and the ground-level tracking shot that follows Johan to a kiss with his lover on a sun-drenched, verdant hillside ? but it’s a lot?sillier than I realized the first time. So I was prepared for the resurrection scene of Johan’s wife at the end. (She died from being jilted, sinking in the rain beside a tree and swooning into the afterlife. It’s the film’s most bathetic scene.) The first time I watched that I didn’t notice the tears as quickly as most people probably did. But the duration of the shot made me sure she was going to wake up anyway. That’s an example of what Jim Emerson means when he says an art film teaches you how to watch it.
Y este humor, y la autoconciencia de los actores al tomar la dirección y de los personajes, y la fusión ingeniosa y afectuosa de ambos, y también un rechazo de la muerte -que no es un fracaso de la fe; es una broma que se hace sobre ella- me recordó, no a Tarr naturalmente, y no a Bresson, sino a nadie tanto como, esperen, Harmony Korine. Reygadas es un fan de Vacaciones de primavera así que tal vez esto tenga sentido. Me pregunto qué piensa de Gummo?
Anyway, those are some preliminary thoughts of a film that I found very interesting and perhaps counter-intuitively easy-to-watch. Light, even. There aren’t the demanding barriers to spectatorship that a Tarr film has, and it’s far from dour although it doesn’t lack mystery and portent. Instead, it’s full of discoveries. Like the moment when you as a gringo realize you’re in Mexico, not in let’s say, Winnipeg or Goshen.
¿Quién sabía que había Menonitas in Mexico? I sure didn’t.